Oficio de tontos

Tontos son los creen, los que crean, los que buscan el temblor de una palabra, los que se ríen de su sombra, los que se enamoran por nada, los que pierden pero no se pierden, los que se enorgullecen de sus amigos, los que no eligen el camino fácil, los que siempre están ahí, los que piensan que el mundo no está perdido todavía... Bienaventurados los tontos, porque de ellos será el reino de la literatura.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Cuentos con valores

Que las nuevas tecnologías cambiarán (están cambiando) la forma de leer es una evidencia que no merece la pena discutir, igual que la invención de la imprenta a finales de la Edad Media cambió los generos literarios y creó un nuevo perfil de lector.
De momento, asistimos expectantes a ver qué nos depara este futuro ya inmediato y hacia donde nos arrastra la vorágine de la tecnología. Las influncias de Internet en la literatura son evidentes. Hace poco que me convertido a Twitter y habría que ser un ciego para no verle las posibilidades literarias, tan próximas a la greguería. El primer tuitero, posiblemente, fue Gómez de la Serna. Twitter es un terreno abonado para la sentencia y el microrrelato, y no en balde hay certámenes de Twitteratura.
Decía todo esto porque hace poco que he tenido la suerte de colaborar en el guion de un videojuego de rol, Hidalgus, las aventuras de Martín Quesada, una suerte de novela interactiva ambientada en el Siglo de Oro Español. La conclusión es obvia: las historias son las mismas, pero el medio condiciona la forma de narrar. Este tipo de juegos interactivos tienen una mecánica (en suma, una serie de características y de limitaciones) que afecta directamente a la forma en que puede narrarse la historia, aunque lo alucinante es que en esencia es una novela. Es decir, es que como si la novela se transmutara en nuevos formatos para mantener el mismo espíritu que definía Lukas: la historia de un agonista que busca valores verdaderos en una sociedad corrompida.

Iguales reflexiones se pueden aplicar a los cuentos infantiles. Con las tabletas, hoy en día los cuentos pueden tocarse, son interactivos.  Los niños digitales leen cuentos de manera diferente a las generaciones analógicas. Aunque las historias, son las mismas...
Para muestra, os dejo enlace para bajar una muy interesante aplicación que Edebé mobile ha puesto en la Appel Store. Se llama Cuentos con valores. Merece la pena.


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