Cumplo ahora siete meses en el Colegio Buen Pastor de Sevilla, en el barrio de Nervión, al que la fortuna me ha puesto en mi camino.
Me he topado con un proyecto educativo que cree ciegamente en la cultura: todas las semanas hacemos visitas culturales, los chicos leen dos libros al mes, aprender a recitar a Espronceda, a debatir en público y raro es el día que no tenemos una conferencia, un libro-forum, una película o una semana de las letras...
Y con un equipo de gente maravillosa, apasionada de su trabajo: Encarnación Buendía, Caty Recio, Mariló Domínguez, y la familia Egea.

Actividad frenética en cultura y sólida formación en valores para educar a ciudadanos. El colegio donde a uno le hubiera gustado estudiar y donde uno quiere llevar a sus hijos.
No es raro que en este contexto, en tan poco tiempo, haya fructificado un taller de creación literaria y la publicación de su primer libro. Todos los martes, fuera del horario escolar, me reúno con una veintena de alumnos con los que debatimos cómo escribir un buen texto literario. Le sorprendería la creatividad y la madurez que pueden tener chicos de doce años a poco que se les dé confianza y algunas bases técnicas.

El resultado de esta experiencia se presentó el pasado día 30 de mayo en la Feria del Libro de Sevilla, escenario de lujo para una puesta de largo que promete muchas alegrías. Se trata de una colección de libros de microrrelatos, titulada Aquí te pillo, aquí relato. Cada número gira en torno a un elemento común: un objeto, lema... En este caso, han sido unas llaves y una frase motivadora: al cruzar por el puente, tiré las llaves al río.
Y el resultado han sido veintidós relatos fantásticos, en el amplio sentido del término.

A lo pocos curiosos de este blog, les tendré al tanto. Les aseguro que la experiencia merece la pena.

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