Sí, uno acude para ganar alguna adhesión para la causa y sale con una sonrisa en los labios si al menos un pequeño grupo se ha interesado por lo que le has dicho y regresa a casa con ganas de coger un libro.

Mi sorpresa el otro día fue doble, pues, además de que nadie suele ser profeta en su tierra, me encontré con un grupo de alumnos muy motivados que incluso me prepararon una escenificación con los personajes del libro. Alumnos motivados, creativos y curiosos... Chicos como estos quería uno encontrarse en sus clases...
El mundo no está perdido todavía.

Buena culpa tendrán mis queridos Javier Hermida, Rosa o María del Águila, profesores del IES Albero que tan cuidadosamente prepararon el acto. Reconforta saber que en tu ciudad existen tan buenos profesionales de la enseñanza, en contra de todo lo que se suele decir de este gremio.
A todos ellos, profesores y alumnos, mi más cariñoso agradecimiento, mi más profunda gratitud. Espero que se repita el año que viene.
