Calentando motores para ni nueva novela (El sombrero de las ideas descabelladas), que sale en dos semanas, el inefable Paco Correal me dedica, con buenas dosis de cariño, un artículo en Diario de Sevilla donde me une a un director de cine coreano y a la duquesa de Alba. Paco Correal, Paquiño para los amigos, es famoso por trazar parábolas
imposibles que conectan realidades que nada tienen que ver.
Conocí a Paco en un viaje a Madrid, para presentar unos libros respectivos con nuestro común editor Antonio González, y ahí perpertramos un libro con el genial José Antonio Garmedia y el no menos brillante Paco Robles. Un diccionario de fútbol que define mejor que cualquier descripción el caracter surrealista del humor sevillano. En ese proyecto le cogí el aire a Paco, y descubrí que estaba ante un periodista diferente, único.
Paquiño, como decía, es un periodista-literato (o viceversa) que ve relaciones donde nadie más alcanza, como si le achicara espacios al azar y bajo sus conexiones neuronales-periodísticas todo el universo tuviera un sentido secreto y último que sólo él barrunta. Le he leído crónicas suyas donde un cocinero de una caseta de feria acababa teniendo un familiar que leía el libro donde se hablaba de un cineasta que había pernoctado en la casa de un famoso torero que estaba en la caseta de feria elogiando las albóndinas del cocinero.
Su universo periodístico es así, una ramificación infinita que conecta la tristeza de Cristiano Ronaldo con el deshielo de los casquetes polares. Y el azar, para Paquiño, no es sino la constatación de que todo está conectado.
Me quito el sombrero. El sombrero que os presentaré en breve...
Os dejo el enlace del artículo de Paco Correal
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