La cosa está más que chunga, canina,
y el que más, tiene las cuentas a cero,
pero al fin el dos mil once termina
y perdimos de vista al Zapatero.
Tampoco estamos de tirar cohetes
con la que nos espera con el Rajoy:
recortes y vaselina al ojete,
hambre para mañana y pan para hoy.
Si la crisis nos tiene acojonados,
si los banqueros nos tienen en ascuas,
¡coño, que no nos den también la Pascua!
¡y que no te amarguen los mantecados!
¡Que el dos mil doce no sea otro pestiño!
¡Vente arriba, que el “doce” hace el cariño!
Felicidades amigos